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GESTIÓN DE VIDA CRISTIANA

ÓSCAR LÓPEZ

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¿Qué es la Gestión de Vida Cristiana?

Ser mayordomos de Dios.
Cuidar la tierra, sus recursos y sus hijos.
Vivir en integridad y equilibrio.
Glorificar a Dios en cada aspecto de la vida.

Los cristianos hemos sido llamados a vivir una vida responsable por medio de la cual podamos dar gloria al Creador. Todo lo que tenemos y todo lo que somos es un regalo de la abundante gracia divina y se nos anima a administrar y gestionarlo todo con sabiduría.

Adoramos y reconocemos la soberanía de Dios y su derecho como propietario de todo. Reconocemos el señorío de Cristo en nuestras vidas mediante el uso sabio del tiempo, el cuidado de nuestra salud, el uso de nuestros talentos, la dadivosidad en nuestros recursos y la protección del medio ambiente. Veamos algunos ejemplos bíblicos

En cuanto al tiempo:

Moisés habló al Señor con las siguientes palabras: “Enséñanos a contar nuestros días de tal modo que traigamos al corazón sabiduría” (Slm.90:12) y Pablo recomendará lo siguiente: “Andad sabiamente para con los de afuera, aprovechando bien el tiempo”. (Col.4:5). Porque en la vida cristiana el tiempo es un valor incalculable, se nos recomienda que lo administremos con sabiduría y lo aprovechemos al máximo.

En cuanto a la vida:

Pablo nos advierte que “Todas las cosas me son lícitas, pero no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por ninguna” (1ª Cor.6:12). La razón: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual habéis recibido de Dios, y que no sois vuestros?” (1ª Cor.6:19). No somos nuestros, “hemos sido comprados con precio” (1ª Cor.6:20) y ese precio, nos dirá Pedro que no es ni más ni menos que el de la “la sangre preciosa de Cristo” (1ª Ped.1:19).

En cuanto a nuestros talentos:

La Biblia es explícita cuando declara que “el reino de los cielos es como un hombre que, al irse lejos, llamó a sus siervos y les confió la administración de sus bienes” (Mt.25:14). El deseo y esperanza de este hombre es que esos talentos produzcan alguna ganancia, algún resultado positivo. Es por ello que, en una de las declaraciones más bonitas que encontramos en el texto bíblico, el Señor dirá a los que han hecho un buen uso de los talentos: “Bien, siervo bueno y fiel. Sobre lo poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu Señor” (Mt.25:20, 23).

En cuanto a nuestros recursos:

Dios estableció que los israelitas tendrían que traer “todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi Casa” (Mal.3:10). Aquel que se presenta como el Dueño y Creador de todo, que dice “mía es la plata y mío es el oro” (Hageo 2:8) y que no tiene necesidad de lo que el ser humano puede dar, nos permite mostrar gratitud y alabarle por ser quien es y por haber hecho lo que ha hecho. Pablo dirá que Dios ama al que da con alegría (2ª Cor.9:7) porque es precisamente eso lo que Jesús hizo por nosotros: se dio a sí mismo para que todo aquel que en él crea, no se pierda sino tenga vida eterna. Damos como resultado de lo que él dio. Es un proceso de gratitud y reconocimiento. Nunca podremos devolver lo mucho que se nos dio, pero podemos vivir vidas de gratitud, adoración y fidelidad.

Por último, en cuanto a la protección del medio ambiente:

Dios creó al ser humano para que administrara la creación (Gen.1:27-30). Somos responsables del lugar en el que vivimos, pero “sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora” (Rom.8:22). Hasta que unos cielos nuevos.y una tierra nueva sean creados (Apc.21:1), y oigamos las palabras de Dios: “Yo hago nuevas todas las cosas” (Apc.21:5), nuestra responsabilidad es la de cuidar la obra de nuestro Creador.

Esto es Gestión de la Vida Cristiana: un privilegio. 

Adventista.es